En la época del virreinato, las caravanas que transitaban entre Córdoba y el norte pernoctaban en las salinas, utilizando la sal natural para realzar el sabor de sus comidas. Posteriormente, emprendedores comenzaron a explotar este recurso, abasteciendo a los saladeros porteños y marcando un hito en la incipiente industria argentina. La producción de las salinas, aunque no se dispone de estadísticas, era significativa y satisfacía las necesidades locales.

Con el tiempo, la química amplió los usos de la sal, empleándola en conservación de alimentos, en diversas industrias y en la producción de elementos como sodio, cloro y soda cáustica. A principios del siglo XX, con la construcción del Ferrocarril Belgrano y la inversión extranjera, en particular de origen inglés, la extracción de sal se mecanizó mediante vagones Decauville que transportaban y acumulaban manualmente la sal en montones.

A pesar de los avances, todavía persiste un método artesanal de extracción, pero su principal limitación radica en su dependencia de las condiciones climáticas. En algunos años, el agua de las salinas no se evapora completamente, lo que imposibilita la cosecha por medios tradicionales.
Por lo tanto, en 1987 se estableció un proyecto para construir una planta de extracción y procesamiento de sal que emplea tecnología alternativa, lo que permite la extracción independientemente de las condiciones climáticas.

Las Salinas Grandes, situadas en la Cuenca Saliniana, conforman la porción principal de una extensa cuenca endorreica con poca precipitación y drenaje, que marca el límite suroeste del Chaco Austral. Esta cuenca abarca áreas de varias provincias argentinas, incluyendo Córdoba, La Rioja, Catamarca y Santiago del Estero.

Un importante rasgo geológico es la falla tectónica al sur del centro, donde se acumulan aguas pluviales de las sierras circundantes, principalmente de las Sierras de Córdoba, a través de los ríos Cruz del Eje y Pichanas. Durante los períodos húmedos, estas aguas forman lagunas poco profundas que se secan fácilmente.

En la provincia de Córdoba, la Reserva de uso múltiple Salinas Grandes, creada a fines del siglo pasado, abarca aproximadamente 190.000 hectáreas. Dentro de esta reserva se encuentra un oasis de vegetación compuesto por bosques y matorrales, conocido como la Reserva Monte de las Barrancas.

El salar de las Salinas Grandes tiene su origen geológico vinculado a la antigua laguna de Mar Chiquita, una falla tectónica que expone un antiguo lecho marino. A diferencia de Mar Chiquita, en las Salinas Grandes no hay suficiente aporte de agua para formar un gran lago salado, ya que el clima extremadamente seco limita la presencia de agua en la región. Las lagunas formadas por aguas esporádicas y freáticas de las serranías circundantes son excepciones en este clima continental extremo.

La falla geológica que atraviesa las Salinas Grandes se extiende en dirección noreste-suroeste. En ciertas áreas, se forman médanos donde crecen arbustos psamófilos como el jume, junto con cactus, y en menor medida árboles como el algarrobo criollo, chañares y algunos quebrachos.

En términos de recursos económicos, las Salinas Grandes son una fuente de minerales como cloruro de sodio, sulfato de sodio, potasio, y en menor medida, bórax. Estos minerales se encuentran en forma de costra cristalizada debido a la sedimentación y evaporación de aguas cargadas de minerales provenientes de la lluvia y los ríos de la región.

En la Cuenca de las Salinas Grandes del Centro de Argentina, el clima es marcadamente continental, con amplias fluctuaciones térmicas diurnas y estacionales debido a su latitud. A pesar de estas variaciones, su singularidad climática radica en la extraordinaria sequedad atmosférica y una exposición significativa al sol, lo que genera un centro de baja presión y un área ciclónica en verano, aunque las tormentas más intensas no se produzcan directamente sobre las Salinas. A pesar de este polo de calor en América del Sur, en las regiones cercanas, especialmente hacia el sudeste, prevalece un clima templado.

A pesar del clima extremadamente seco y continental con veranos que pueden superar los 45 °C, el paisaje de las Salinas Grandes evoca visualmente un campo nevado, rara vez afectado por nevadas invernales. Durante las inundaciones, especialmente en el sector sudeste y en Ambargasta, las salinas reflejan un aspecto de aguas calmas, creando un bioma distintivo. Estas características únicas han llevado a propuestas para convertir las Salinas Grandes en un Parque Nacional, habiendo actualmente un pequeño parque natural provincial, el Monte de las Barrancas, en el sector cordobés.

Se recomienda a los turistas y viajeros que visiten la región que usen gafas de sol con filtros U.V. y se protejan del sol, además de mantenerse hidratados debido a las condiciones extremas. Se estima que, si se incluyen las Salinas de Ambargasta y otras áreas adyacentes como las de San Bernardo y La Antigua, el área total abarcaría alrededor de 30.000 km², convirtiéndola en la mayor extensión de salares en el planeta.